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flecha a la izquierda Volver Fecha: 18 de julio de 2022

GAITAS, CUMBIA Y MÚSICA PARA RESISTIR EN LOS MONTES DE MARÍA

Los habitantes de los corregimientos Las Mercedes y Casa de Piedra, en el municipio de San Jacinto, Bolívar, celebran los espacios otorgados por el programa Hilando Vidas y Esperanza (WLH) de USAID, implementado por OIM. Allí han logrado revivir prácticas culturales alrededor de la música, que habían perdido a causa del conflicto armado y que representaban una estrategia de resistencia. 

“Tengo dos sueños, uno hacer un encuentro donde lleguen esos gaiteros que nacieron aquí, en Las Mercedes, y que hagamos un homenaje a los que ya no están. El otro sueño es que hagamos un museo a esta cultura gaitera de los Montes de María”, comparte Pedro Pablo Rodríguez Carmona, de 58 años, durante el Primer Festival Cuna de Gaiteros, realizado en el corregimiento de Las Mercedes, departamento de Bolívar.

No es casualidad que esta primera versión del Festival haya sido en Las Mercedes. Este territorio, en el corazón de los Montes de María, es uno de los priorizados por el programa Hilando Vidas y Esperanza de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), implementado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), y ha visto nacer a grandes juglares y representantes del folclor Caribe. Muchos de ellos han llevado la música de gaitas por todo el departamento, el país y el mundo.

Pedro Pablo, al igual que muchas personas de este y los demás corregimientos de San Jacinto, es músico, como lo fueron su padre y su abuelo: “En la familia Rodríguez no hay uno solo que no sepa tocar un instrumento, mas la mayoría nos inclinamos por la percusión”, dice. Toca el tambor “llamador de la cumbia”, también conocido como tambor macho o yamaró, uno de los instrumentos de percusión que tiene ancestros en el continente africano y que acompaña a las gaitas en la música tradicional del Caribe colombiano. 

Durante el Festival Cuna de Gaiteros, Pedro Pablo pudo cumplir su sueño de homenajear a varios de los grandes juglares de esta tierra, como Antonio “Toño” García, de 92 años, quien hizo parte de la agrupación de Los Gaiteros de San Jacinto, creada en 1940 y que ha sobrevivido por cuatro generaciones. El grupo ha llevado la música de gaitas a escenarios internacionales. En 2007, de hecho, ganaron un Grammy Latino en la categoría música folclórica con el disco Un fuego de Sangre Pura.

Pero la música, además de ser una parte vital de la cultura de Los Montes de María, ha sido una herramienta de resistencia. Por décadas, esta región sufrió las consecuencias de la violencia en Colombia, perpetrada por diferentes actores armados. Los gaiteros veteranos, como “Toño” García, recuerdan cómo hubo años en los que la música dejó de sonar en los pueblos por el miedo que impuso el conflicto armado. Por eso, hacer sonar las gaitas y tambores se convirtió en una forma de resistir desde la música.

“La gaita es una cultura, es algo esencial, nos transmite unos conocimientos que nosotros tenemos, nos toca el corazón, nos toca el alma”, dice Pedro Pablo. Para él, revivir espacios donde suenen sus instrumentos, sin miedo, es vital para mostrarle a las nuevas generaciones algunas de las prácticas culturales con las que, quizás, no crecieron.

Gaitero Pedro Pablo tocando tambor en el escenario


Involucrar a niños, niñas y jóvenes en el folclor de la región es importante, según cuenta Pedro Pablo, porque “inculcamos que aprendan a tocar estos instrumentos y estamos evitando que vayan por el camino de la ilegalidad y brindando oportunidades de vida”. El programa Hilando Vidas y Esperanza de USAID, implementado por OIM, también ha apoyado talleres de gaitas con las personas más jóvenes de Las Mercedes.

Para celebrar la cultura Montemariana, en el primer Festival Cuna de Gaiteros también se dio la oportunidad de desplegar lo mejor de los platos típicos del corregimiento y realizar una muestra de las artesanías y tejidos elaborados por las personas de la comunidad. Participaron personas de todas las edades, turistas y miembros de instituciones locales y nacionales. El apoyo a este tipo de eventos, que congregan a la comunidad, hace parte de las estrategias del Programa para fortalecer la reconciliación y la convivencia, el acceso a la salud mental y el empoderamiento económico. 

Pedro Pablo espera poder contribuir a organizar otros Festivales en Las Mercedes en los próximos años, para que estos jóvenes músicos puedan demostrar allí su talento. Además, espera seguir enviando artistas nativos del corregimiento a eventos importantes como el Festival de las Gaitas de San Jacinto, -que se llevará a cabo en agosto- y otros festivales de música tradicional en Colombia y el mundo.

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